Nissan GT-R R33 LM

El Nissan GT-R R33 LM puede considerarse como una rareza entre las rarezas, una auténtica joya y un artículo de culto para los amantes de los coches japoneses en general y de la saga del Nissan GT-R en particular. Nacido para conquistar el circuito de La Sarthe, se conformó con conquistar nuestros corazones con un aspecto que te deja sin palabras: ya no se ven cosas así entre los coches nuevos de 2019.

Tener frente a ti al Nissan GT-R R33 LM es como ver el Santo Grial de los coches japoneses. No tiene precio, solamente existe este ejemplar, guardado bajo llave y mucha protección en el Zama DNA Garaje de Nissan, al noroeste de Yokohama, donde la marca guarda sus joyas más preciadas. Su historia, como cualquier mito de cuatro ruedas, es única y muy especial. Sigue leyendo: estoy seguro que también te terminará conquistando.

Con genes de competición

Este Nissan GT-R LM nació gracias a una nueva normativa para la categoría GT1: la idea de los organizadores de Le Mans era convertir la carrera de resistencia más famosa del mundo en una auténtica pasarela donde se batiesen en duelo coches que se pueden matricular en la calle. Las reglas no fueron demasiado duras: solamente pedían homologar un único ejemplar.

Nissan encargó a Nismo la puesta en marcha de este proyecto basado en el Nissan GT-R R33. El objetivo era llevar a la cita francesa dos ejemplares para tomar el relevo del Nissan 300ZX ganador de la categoría GTS en 1994. El R32 había dejado muy alto el pabellón de los ‘Skyline’ en el mundo de la competición y el nuevo R33 debía mantener el nivel.

Nismo se encargó del proyecto

Nismo le metió mucho ‘rock’n roll’ al coche de competición, rebajó su peso hasta unos escuálidos 1.150 kg, le quitó la tracción integral en favor de la trasera para cumplir con la nueva normativa (y de paso para perder algún que otro ‘kilito’) y le insertó el legendario motor RB26DETT con especificaciones del Grupo N y una potencia total de 400 CV (aunque se llegó a potenciar hasta los 600 CV). Pero no te olvides de lo más importante. Para poder ser aceptado en Le Mans, al menos un ejemplar debía ser homologado y matriculado para la calle: ¡he aquí el Nissan GT-R LM!

Potencia descafeinada

Con prácticamente el mismo kit de ensanche del modelo de competición pero sin pegatinas ni demás aditivos, su presencia resulta poderosa. Matriculado en Reino Unido, gracias en parte a la permisiva normativa de la SVA para homologar coches, el GT-R LM ya estaba listo para poder ser utilizado para ir a buscar el pan. Eso sí, para llevar a cabo la homologación, Nismo fue conservadora y decidió utilizar el mismo propulsor de los GT-R de calle, el RB26DETT con 300 CV de potencia. A diferencia de otras versiones homologadas para la calle de coches de competición, se me viene a la cabeza el Renault R5 Turbo o el Mercedes CLK GTR, este Nissan GT-R R33 LM no se puede considerar una bestia en cuanto a prestaciones: la rebaja de peso tampoco fue impotante, por lo que no se diferenciaba mucho de cualquier otro Skyling GT-R R33.

Un interior demasiado refinado

Vale, en el interior del Nissan GT-R R33 LM se puede sentir sus orígenes en competición y se respira un ambiente muy racing gracias al uso masivo de tapicería de alcántara o detalles propios como el volante o los buckets y sus correspondientes arneses. En cualquier caso, el interior no se basa tampoco en el modelo de Le Mans, sino más bien en el de cualquier GT-R R33. Tiene aire acondicionado y un sistema de audio, elementos poco comunes en estas bestias derivadas de los circuitos. ¿Quién demonios necesita radio en un coche así?

Dos malas noticias

La primera es que el Nissan GT-R R33 LM nunca llegó a estar disponible: solamente se fabricó un ejemplar, el mínimo exigido por la FIA, y desde entonces ha sido propiedad de Nissan, que lo guarda con mimo en su DNA Garage. Lamentablemente, este proyecto quedó un poco a medias y ya que no iban a fabricarlo, podrían haber intentado homologar una versión de carreras con matrícula de su R33 de competición. Al final se quedó un poco en tierra de nadie, aunque no se puede negar que su aspecto, con el kit de carrocería y los detalles racing en el interior es fantástico.

Nulo palmarés en competición

La segunda mala noticia es que el Nissan GT-R R33 LM de carreras jamás consiguió un buen resultado en la pista. Solamente participaron en una ocasión en Le Mans, quedando uno de los coches en quinta posición, por detrás de los cuatro y todopoderosos McLaren F1, y el segundo, con más de 600 CV, abandonó en la vuelta 157. La posterior llegada de bestias como el Porsche 911 GT1 o el Mercedes CLK GTR destinaron al R33 LM a la jubilación forzosa. Hoy, el Nissan GT-R R33 LM de calle es uno de los coches japoneses más especiales de la historia, una especie de ‘santo grial’ para los fans de la marca y del JDM. Aunque no sea un hijo de la competición, ¡hay que quererlo igual!

Para conmemorar estas carrera en Le Mans, Nissan realizó una edición limitada «LM-Limited» en 1996 del R33 GTR. Se fabricaron 98 unidades que contaban con varias modificaciones, como las dos tomas de aire cuadradas en el parachoques delantero, un alerón trasero de fibra de carbono y el color de la carrocería «Championship Blue».

Fuente: topgear.es , speedhunters.com

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